Bala Mientras comes, reflexionas sobre tus nuevos recuerdos de Jessica.
Mark se sentó a la mesa, todavía aturdido por la magnitud de los cambios. Mientras Jessica devoraba su desayuno, él no podía dejar de pensar en los nuevos recuerdos que habían inundado su mente. Recordaba claramente cómo Jessica siempre había sido una gigante, desde su adolescencia. Los médicos habían diagnosticado una forma rara de gigantismo que, sorprendentemente, no tenía efectos secundarios negativos. Esto había permitido a Jessica crecer hasta su impresionante altura de 12’6" (381 cm) sin problemas de salud.
La familia había tenido que hacer muchos ajustes para acomodar su tamaño. La casa había sido remodelada con techos altos y puertas anchas. La cocina, en particular, había sido diseñada para que Jessica pudiera moverse cómodamente. Incluso los muebles eran más grandes y resistentes para soportar su peso.
Mark recordó cómo Jessica había sido una figura central en su vida. A pesar de su tamaño, siempre había sido cariñosa y protectora con él. Su altura le daba una ventaja en muchos aspectos, pero nunca la usaba para intimidar. En cambio, era conocida por su amabilidad y generosidad, tanto en la escuela como en la comunidad.
Mientras reflexionaba, Mark también recordó los desafíos que Jessica había enfrentado. Encontrar ropa y zapatos adecuados siempre había sido una lucha. La mayoría de las tiendas no tenían tallas para alguien de su estatura, por lo que la familia a menudo tenía que encargar ropa a medida. Además, Jessica había tenido que lidiar con la curiosidad y, a veces, la incomodidad de las personas que no estaban acostumbradas a ver a alguien tan alto.
A pesar de estos desafíos, Jessica había prosperado. Era una estudiante destacada y una atleta talentosa. Su altura le daba una ventaja en deportes como el baloncesto y el voleibol, y había llevado a su equipo a numerosas victorias. Además, su personalidad carismática la había convertido en una líder natural, tanto en el campo de juego como fuera de él.
Mark se dio cuenta de que, aunque había cambiado la realidad de Jessica, su esencia seguía siendo la misma. Era una persona fuerte, amable y generosa, que siempre ponía a los demás antes que a sí misma. Esta comprensión le dio a Mark una nueva apreciación por su hermana y por las complejidades de la realidad que había alterado.
Mientras terminaban de desayunar, Jessica se levantó y se estiró, sus movimientos haciendo crujir el suelo bajo sus pies. “Bueno, hermanito, ¿qué planes tienes para hoy?” preguntó, sonriendo.
Mark sonrió de vuelta, todavía procesando todo lo que había aprendido. “No estoy seguro, pero creo que voy a pasar el día contigo. Hay mucho que quiero entender y apreciar sobre esta nueva realidad.”
Jessica rió y le dio un suave empujón en el hombro, que casi lo derribó. “Eso suena genial. Vamos a hacer que hoy sea un día increíble.”