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#371767 added November 9, 2006 at 11:21pm
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Capitulo 3






Sofía, Nancy y Fabiola se encontraron a las 3:30 pm, según habían acordado, en el cuarto que estaba pago por Fabiola. Una vez allí hicieron los planes de la tarde. Al menos eso le hicieron creer a Fabiola después de haber visto el arcenal de juguetes sexuales que ella tenía allí. Sólo cambiaron algunos de los planes. A las 4:00 pm fueron al Centro Comercial para comprar las entradas del cine e ir a comer cerca de allí.

Una vez que compraron las taquillas para una película romántica que llevaban tiempo queriendo ver y sus esposos no querían acompañarlas, fueron a comer comida china. Entre el menú decidieron comer platillos a los que conocían como afrodisíacos.

Ya que estaban en el restaurante decidieron que debían indagar un poco más en los planes misteriosos que Fabiola tenía. El día que ella y Nancy habían acordado salir el día libre de su esposo, ella le había dicho que le daría una sorpresa muy agradable a él y que luego se las mostraría a la familia porque sabía que les iba a ser de mucho agrado. Además habían visto muy extrañas ciertas reacciones, que no eran muy comunes en ella. Sólo cuando era niña reaccionaba tan extremista. Hasta ese día no había dado indicios de cuál era la fuente.

--Oye, ¿sabes qué cosa tengo duda?—preguntó Nancy como distraída.--La semana pasada cuando hablamos por teléfono me mencionaste de una sorpresa. Ya que no eres tú la que vas a estar mañana para el cumpleaños de tu esposo, me calcome la curiosidad si aún se la vas a dar o no.

Fabiola abrió los ojos grandemente. La luna esta noche era pequeña comparada con cómo se veían de grande los de ella. Con tantos problemas se olvidó por completo del asunto. No lo había pensado. Cuando escuchó toser a Sofía, regresó del transe de admiración en el que estaba. No había contemplado la idea de ella no darle esa gran noticia a su esposo. A pesar de todo ella no quería sacarlo a él de toda su vida sin saberlo.

--La verdad es que no lo había pensado. Tantos preparativos, tantas cosas que he tenido que hacer esta semana y lo olvidé por completo.—Ida, como si no hubiera una sóla persona a su alrededor y ella estuviera en su casa, en su habitación absorta en sus pensamientos, continuó hablando--No quiero que haya alguien más para su cumpleaños. No quiero que mi bebé esté sin su padre. Ya es muy tarde y mañana el cumple, no hay tiempo para cancelar la muchacha, a menos que cambie el número de cuarto para ella. Después puedo darle su paga y excusar el que él no llegue.

Ahora fué el turno de las dos amigas abrir grandemente los ojos y mirarla. No podían creer lo que estaban escuchando. Todo éste tiempo planificándolo todo y ahora al enterarse de la noticia se arrepintieron de no haber hecho la pregunta antes. Ahora sí era más importante que nunca la reconciliación entre ellos. Sabían cuánto ellos se amaban y cuánto se extrañaban uno al otro. Era injusto lo que estaban pasando por los dos ser tan tercos. Les habían dado oportunidad para encontrarse y reconciliarse y ellos dos no quisieron.

--¿Cómo es posible que hayas olvidado algo tan importante?—Preguntó Sofía con un tono de incredulidad.

--Realmente no es que lo olvidé por completo, pero al darle mayor importancia a los preparativos del cumpleaños y demás como que lo moví de turno y lo puse al final.—Con mirada desesperada y gestos de resignación terminó preguntándose--¡Dios Santo! ¿Qué he hecho?

Nancy y Sofía sabían reconocer una pregunta retórica y la necesidad de apoyo que Fabiola necesitaba en éstos momentos aunque no estuvieran de acuerdo con sus actos. Durante los próximos minutos le dieron apoyo y fortaleza para que disfrutara la noche y mañana ellas se encargarían de la muchacha que supuestamente habían contratado y le aseguraron que todo iba a estar bien. Al fin la lograron convencer y continuaron camino al cine.

Una vez en el cine, Nancy recibió una llamada de su esposo, cerciorándose que todo iba funcionando como habían acordado. Lo único que ya ella estaba en la sala y tuvo un poco de inconvenientes, por lo que no le mencionó los planes para la noche y cómo éstos habían cambiado considerablemente.

Al salir del cine decidieron ir de tiendas un rato y fueron a una tienda de entretenimiento donde gastaron una suma de dinero considerable en películas, música y libros; además de haberse sentado a comer un postre, cada una su favorito.

Notaron que ya era un poco tarde así que cerca de las 9:30 pm se dirigieron a la tienda de adultos y se entretuvieron cerca de 30 minutos con la ropa, los juguetes y demás artículos que iban a comprar. Cuando salieron ya era un poco más tarde de lo que habían acordado con sus esposos así que decidieron seguir de inmediato hacia el hotel. Ya allí comenzaron el ritual que iban a realizar para grabar las fantasías de cada una. La primera fué Sofía por ser la más desinibida. Todas se habían cambiado de ropa y estaban listas para la actuación más difícil de sus vidas; mentirle a una amiga y grabar en vídeo todo lo que deseaban hacer con sus esposos.

Sofía se había puesto un set de ropa interior color roja que apenas tapaba lo impresindible y se amarraba con unos tirantitos. Sobre la ropa interior llevaba un traje rojo con un escote al frente hasta el ombligo que se unía a través de cadenitas que bajaban y otro en la espalda con la tela como colgando en el centro que llegaba hasta el mismo inicio de las nalgas, dejando ver la marcada curva de su espina dorsal. La falda del traje era ceñida y sólo un poco más corta que hasta la mitad de sus muslos y las mangas del traje largas y anchas. Se recogió sólo parte del pelo que le bordeaba el rostro y dejó mechones que caían seductoramente dándo un poco de misterio a sus grandes ojos. Llevaba unas pantallas largas de cadena y brillantes que le hacían parecer aún más hermosa y estilizada. Sus zapatos unas sandalias con tacones de aguja amarradas hasta la mitad de las pantorrillas.

Prendieron el tape identificado con su nombre y procedieron a grabar. Ella estaba acostumbrada a estas actuaciones (pues las practicaba en la intimidad de su hogar con su esposo Enrique), aparentó timidez y que era la primera vez que hacía algo como ésto. Una vez que comenzaron la sentaron en una silla frente a la cámara y comenzaron el ritual que estaba programado, mientras ellas quedaban tras la cámara haciendo preguntas que estaban en un libro (hecho por Sofía).

--¿Cómo te llamas y porqué estás aquí?—Preguntó Nancy cómo si fuera una profesional grabando un vídeo para venderle.

--Estoy aquí para grabar en tape lo que a veces quisiera decirle a mi esposo y no tengo el valor. También quiero desinibirme sexualmente.—Dijo como desanimada. Mostraba poca exitación ante el evento para poder regresar al schedule programado porque no les iba a dar tiempo para cambiar los plantes. Nancy se dió cuenta de inmediato de la idea que tenía Sofía y le hizo señas a Fabiola que detuviera la cinta.

--¿Qué ocurre? Estamos llevando a cabo tu idea.—Preguntó Fabiola.

Sofía improvisó sorprendiéndose de su propia fortaleza como actriz.—Es que no me siento inspirada. ¿Qué te parece si mejor ponemos una película porno un rato? Así entro en tiempo y sé que voy a estar dispuesta a realizar el vídeo sin inconvenientes, al igual que ustedes.

Luego de ver media hora de película, ya todas habían entrado en tiempo y comenzaron a preparar todo para grabar sin perder tiempo. Sofía regresó a su lugar frente a la cámara ahora poniéndo en práctica lo que había llevado a cabo como profesión durante muchas horas. Al momento de decir sus fantasías comenzó:

--Entre todas las que tengo la que no he podido realizar es la de estar sóla en una habitación a oscuras con sólo una vela a lo lejos y la luna brindando su luz. Mientras veo una película porno, ver a mi esposo entrar completamente desnudo y listo para mí. Quiero poder estar vendada mientras él lentamente me hace el amor y yo trato de a ciegas adivinar sus acciones. Quiero que esto dure hasta yo alcanzar un orgasmo y luego vendarlo a él y experimentar lo mismo que él realizó conmigo, para que él también tenga un orgasmo y luego darnos un baño mutuamente y hacer el amor en el Jacuzzi. Me conformo sólo con eso.

Una vez que terminó su confesión se dieron a la tarea (con batas de seda sobre su ropa seductora), de amarrarla y vendarla. Luego con una pluma gigante que habían comprado más temprano decidieron pasarla por diferentes partes del cuerpo hasta dejarla muy exitada y se excusó para ir al baño. En parte estaba demasiado excitada para continuar y en segundo tenía que llamar a Enrique para que diera el próximo paso y diera tiempo de llegar solamente a amarrar a Fabiola. Cuando salió le tocó el turno a Nancy porque afortunadamente Fabiola estaba muy nerviosa de la actividad. Ambas se sorprendieron ver a Sofía salir tan rápido del baño y aún con el rostro de deseo. Ignoraron ésta acción y repitieron el proceso con Nancy. La idea era repetir la misma historia todas para evitar decir las fantasías de ellas entre ellas.

Llegado el turno de Fabiola, una vez amarrada, Sofía recibió la llamada de su esposo diciéndole que ya estaban en el hotel y que dejaron a Julio que preguntara por ella y demás. Le explicaron de los cambios, que habían surgido por el camino y cómo lo iban a resolver. Acto seguido Sofía se preparó para irse y le dió las indicaciones pertinentes a Nancy quien se arregló la cámara para no salir mientras le hacían las caricias con las plumas a su hermana. Tampoco quería que Julio la viera en su set rojo y negro que consistía de un brasier en cuero negro, en juego con el tanga y una minifalda también en cuero color rojo haciendo juego con una pequeña chaqueta que dejaba al descubierto la mayor parte de su torso. En juego llevaba unas sortijas, pulseras, collar y pantallas así como un arete en el ombligo. La minifalda apenas tapaba hasta el final de sus nalgas por lo que decidió que lo ideal sería llevar puestas unas botas con tacón de aguja que llegaban hasta más arriba de las rodillas.

Inmediatamente como tenían todo listo llevaron las cosas a las otras dos habitaciones que eran bastante apartadas una de la otra y Sofía regresó para recibir a Julio.

El día había sido largo y difícil y ambas rogaban para que el esfuerzo hubiera valido la pena. Claro, ellas también serían recompensadas al igual que sus esposos por el trabajo de toda esa semana.
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