Era un martes por la tarde, cuando Miguel estaba de vuelta a casa tras un duro día en el colegio, ya que había tenido dos exámenes difíciles y se sentía sin fuerzas.
Ese día, mientras volvía, vio un brillo muy raro en un descampado que había de camino a su casa y decidió desviarse para ver lo que era. Cuando ya estuvo cerca, pudo observar que era una especie de reloj digital moderno que aún estaba funcionando, así que decidió cogerlo y llevárselo a casa.
Una vez allí, se fue directamente a su cuarto, cerró la puerta y se puso a mirar el reloj con interés. Aparentemente parecía un reloj digital normal si no fuera por una especie de lente que tenía en la parte frontal y unos tres botones, de un color rojizo, que estaban situados en el lado derecho de éste.
Apretó uno de los botones y vio que en la pantalla del reloj, desaparecía las horas y en su lugar aparecía una imagen de Jennifer Lawrence que estaba en un póster, los juegos del hambre, que tenía enfrente de su cama. Miguel se sorprendió y vio que tanto la imagen como el poster estaban vestidos de la misma manera.
Siguió investigando el reloj y apretó al segundo botón para ver qué podía pasar, entonces noto algo raro, como una especie de escalofrío que le recorrió todo el cuerpo. Cuando se pasó, cosa que duro mucho, noto como su pelo crecía más allá de los hombros hasta sobrepasar los omóplatos, también noto un peso “extra” que apareció de repente en el torso y una especie de succión que hubo por la zona inferior.
Hecho la vista hacia abajo y pego un grito al ver que le había crecido dos pequeños pechos, los toco, para comprobar si eran reales, y se sorprendió y se asustó, a la vez, al notar que si lo eran. Luego bajó las manos a la entrepierna, pero no noto el bulto característico y se asustó aún más.
Se fue rápidamente al espejo que tenía en su cuarto y vio un reflejo completamente distinto al suyo. El reflejo que apareció en el espejo era de la Jennifer Lawrence, vestida de negro, como aparecía en el poster.
Se estuvo contemplando, durante unos minutos, de forma incrédula y preguntándose cómo demonios había pasado todo esto. Pasó un tiempo hasta que volvió a reaccionar y se fue directo a la cama, que es donde estaba el reloj y tocó el tercer botón con la esperanza de que las cosas volvieran a la normalidad.
Para su sorpresa volvió a notar el escalofrío que le recorrió todo el cuerpo y a consecuencia de ello, desaparecía el pelo largo, el peso extra que tuvo en el busto y también noto una expulsión o liberación por la zona de la ingle.
Volvió al espejo rápidamente y observó su propio reflejo. Se quedó alucinando y pensando que había pasado hace unos instantes.
Luego se dirigió a la cama y estuvo mirando fijamente, durante un tiempo, el extraño reloj que había cogido volviendo a casa, hasta que al final decidió hacer otra prueba.
Esta vez se fue a su ordenador y seleccionó a una chica de su clase. Esa chica era Laura, que tenía una apariencia normal, con un busto pequeño, el pelo largo y moreno. La foto fue tomada en el colegio, cuando ella y sus amigas se pusieron a hacer selfies y a poner morritos delante de la cámara.
Cogió el reloj nuevamente y, con la parte frontal apuntando a la pantalla del ordenador, apretó el primer botón. Poco después apareció en el reloj la imagen de su compañera de clase, Laura, con la diferencia de que debajo ella apareció dos flechas de dirección que señalaban a la izquierda y a la derecha. Apretó a uno ellos y vio que apareció Jennefer Lawrence otra vez. Luego volvió a apretar el mismo botón y volvió a aparecer su compañera Laura y pensó que el reloj tenía una especie de memoria interna.
Siguió experimentando con el reloj y apretó al segundo botón, sintiendo nuevamente el escalofrío.
Se fue al espejo y contemplo la imagen de su compañera de colegio, con la misma ropa con la que aparecía en la foto. Se estuvo observando unos minutos, luego pensó en decir unas palabras para ver si también se había copiado la voz. Cuando lo hizo, notó que el sonido que salía de su boca no era el tono grave que estaba acostumbrado si no que era un sonido algo agudo y suave que le recordaba mucho a Laura.
Hizo algunas pruebas más, y tonterías, delante del espejo hasta que decidió coger otra vez el reloj y apretar el tercer botón con el cual sintió el escalofrío familiar. Después se miró en el espejo y vio que había recuperado su forma nuevamente con la ropa que tenía puesta antes.
Más tarde se fue al escritorio, dejo el reloj encima de la mesa y se sentó en la silla pensando que podría hacer con este nuevo “poder” que había adquirido recientemente. Pensó en utilizarlo al día siguiente en el colegio para hacer trastadas o para acceder a información privilegiada que se encontraba en la sala de profesores y así poder mejorar en sus notas. También pensó que podía hacer pellas e ir de “excursión” al centro comercial o a algún otro sitio concurrido para probar el reloj.
Un nuevo mundo se había abierto a Miguel