Carta: Te Odio por Todo el Daño

Letter of heart

Carta: Te Odio por Todo el Daño

¿Te da vergüenza? ¿Te da coraje que alguien me quiera?
¿Que alguien me proteja, me abrace, me valore de verdad?
Te haces la víctima, como siempre.
Y encima me culpas también.

Yo no puedo controlar lo que otras personas sienten por mí.
Y sí, alguien me quiere.
Alguien que no me abandonó.
Alguien me recogió del suelo donde tú me dejaste.

Me hiciste sentir que no valía nada.
Que nadie jamás me podría amar.
Me hiciste creer que era escoria, lo peor.
Me rompiste por dentro.

Y ahora, después de 45 años de rechazo,
ves que alguien sí me ve con amor.
Que lo que tú despreciaste, alguien lo ha amado,
Le ha dado valor, lo ha levantado.

Me han enseñado a amar y a ser amada.
A saber lo que es ser hija.
A confiar.
A no vivir como un perro callejero, buscando migajas de afecto.

Te odio por todo el daño que me hiciste.
Por siempre decir que no haces nada malo.
Por vestirte de buena persona cuando no lo eres.

Jugaste con mi mente.
Me hiciste creer que yo estaba loca.
Que era yo la que veía todo mal.
Mientras tú y mis hermanos se cubren con su arrogancia,
Convenencieros, fríos, egoístas.
Iguales a ti.

Me hiciste cargar con culpas que no eran mías.
Me hiciste dudar de mí misma.
Me robaste la infancia, la paz, la dignidad, la confianza.
Y por eso te odio.

Pero dentro de mí vive una guerrera—
La que tú no lograste destruir.
Y esa fuerza vino gracias a alguien más.
A mi mamá del corazón.

Ella me quiere mucho.
Yo le importo.
Para ella yo valgo.

Lo veo en su cara,
En sus ojos,
En sus abrazos,
En sus palabras.

Ella me cuida, me levanta, me enseña.
Con ella aprendí que merezco amor,
Que no tengo que mendigar afecto,
Que ser hija también es sanar.

Le doy gracias a Dios por mandarme a alguien
que me quiere de verdad.
Si algún día muero, quiero que ella esté conmigo,
No tú.
Porque a ti te odio.

Y no me da miedo decirlo.
No me da vergüenza reconocerlo.

Tú me perdiste.
Perdiste mi amor, mi confianza, mi corazón.

Yo sigo adelante.
Con cicatrices, sí.
Pero también con fuego, con valor, con amor verdadero.

Y necesitaba que lo supieras. Te odio.